¿Conoces a William James? Si no es así, te animo a descubrirlo ya que seguramente te pasará como a mí y encontrarás su forma de pensar de lo más inspiradora.

Probablemente hayas oído hablar alguna vez acerca del pragmatismo, pues él es uno de sus fundadores y máximos exponentes. ¿Y qué es el pragmatismo? Es una teoría filosófica que mide el sentido de una idea a través de su experimentación y de la evaluación de sus efectos prácticos.

A continuación, le podrás conocer un poco mejor y comprobarás cómo su filosofía te ayudará a pasar a la acción, algo muy necesario si quieres impulsar tu vida profesional.

Algunos datos biográficos 

William James (1842-1910) nació en Nueva York, en el seno de una familia acomodada. Algunos de sus hermanos fueron el gran novelista Henry James y la diarista Alice James.

Se graduó en la Escuela de Medicina de Harvard en 1869 y fue en esta misma universidad donde transcurrió su carrera como docente. Empezó como profesor de fisiología para más adelante dar clases de psicología y filosofía hasta 1907.

Su primer libro, Principios de Psicología (1890), es considerado como uno de los textos más clásicos e influyentes en la historia de esta disciplina. Entre los diferentes temas que trata, James es famoso por sus teorías sobre las emociones y la conciencia.

Por todo ello, además de filósofo es considerado también como el padre de la psicología en Estados Unidos.

Otras de sus obras más importantes son “La Voluntad de creer” (1897), “Las variedades de la experiencia religiosa” (1902) y “Pragmatismo: un nombre nuevo para viejas formas de pensar” (1907).

El poder de la voluntad

Durante sus estudios universitarios tuvo episodios de enfermedad y depresión que superó cuando empezó a creer que el libre albedrío no era una ilusión y que su propia voluntad podía alterar su estado psicológico.

Si miramos la definición de la palabra voluntad en la RAE obtenemos: “facultad de decidir y ordenar la propia conducta”. Y es que la voluntad es el poder para escoger qué pensar y qué hacer en un momento determinado, sobreponiéndose a instintos, emociones o hábitos. 

Es un recurso clave que todos tenemos a nuestro alcance para aplicar a todas las áreas de nuestra vida y que podemos desarrollar más a medida que lo utilizamos.

Las mejores citas de William James

Para profundizar más sobre el pensamiento de William James, te dejo las que son para mí sus citas más célebres:

«Si puedes cambiar tu mente, puedes cambiar tu vida»

William James afirma que si cambias las actitudes internas de tu mente, puedes cambiar los aspectos externos de tu vida. Incluso comenta que ese era el mayor descubrimiento de su generación: el poder cambiar de vida, cambiando de actitud.

«La creencia crea el hecho real»

Lo que creas sobre algo en concreto, afectará a lo que hagas al respecto y contribuirá a que se haga realidad. Y esto funciona en positivo y en negativo. Quizás hayas oído hablar de las “profecías autocumplidas”, cuando por ejemplo crees que no puedes hacer algo y entonces adoptas una actitud pesimista frente a ello que precisamente te lleva al resultado que has anticipado.

«Actúa como si lo que haces marcase la diferencia. Lo hace»

Actúa, mira, siéntete exitoso y gestiónate a ti mismo en consonancia; te sorprenderás del impacto positivo que empezarás a generar.

«Comienza a ser ahora lo que serás de aquí en adelante»

Si tienes claro quién quieres ser, empieza a comportarte como tal. Cuanto antes lo hagas, antes te irás convirtiendo en esa mejor versión de ti mismo. Ya que de lo que hagas hoy, dependerá lo que serás mañana.

«No hay nada tan fatigante como una tarea inacabada»

William James dice que la procrastinación es la asesina natural de la actitud. Aplazar las cosas te acaba desgastando y te impide progresar.

«La mayor arma contra el estrés es nuestra capacidad para elegir un pensamiento sobre otro»

Tenemos la libertad de escoger en qué enfocamos nuestra atención y de ello dependerá lo que experimentemos. Si tenemos pensamientos negativos, siempre podemos redirigir nuestro foco a pensamientos más optimisitas que ayuden a movilizar todos los recursos que disponemos para superar esa situación.

«No canto porque estoy feliz, estoy feliz porque canto»

Según William James, aunque parezca que primero se da la emoción y a continuación le sigue la acción, en realidad van juntas. De hecho, si regulamos la acción que está bajo un control más directo de la voluntad, podemos indirectamente regular también la emoción.

Ahora que ya conoces algo más a William James, tú también puedes poner en práctica sus ideas y comprobar si te ayudan a obtener los resultados que quieres.

Alberto García

Fundador de Linkedbrand, Consultor y Formador de LinkedIn y Marketing de Contenidos

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